Diversión auténtica: sí existen mejores alternativas que el alcohol, la marihuana y el vapeo

Muchos adolescentes creen que para “pasarla bien” necesitan una bebida en la mano o un vape con sabor frutal. Esa idea no nació sola: viene de la presión social, de la publicidad disfrazada y de la costumbre de ver que “así se divierten los grandes”.

Pero la verdad es que las experiencias que más marcan a los jóvenes no tienen que ver con sustancias. Un viaje con amigos, un concierto, una reta de fútbol nocturna, un karaoke improvisado o hasta una salida a la playa generan recuerdos mucho más intensos y duraderos que una borrachera.

Diversos estudios en psicología juvenil coinciden: lo que activa el cerebro adolescente no es el alcohol o la nicotina, sino la adrenalina de la novedad, el movimiento, la música y la interacción social real. Son los llamados “subidones naturales”. Cuando un joven vive esas experiencias, no solo se divierte, también fortalece vínculos y desarrolla confianza en sí mismo.

El reto está en abrir espacios donde esas alternativas existan. Porque mientras más se visibilice que sí hay otras formas de disfrutar, menos fuerza tendrá la idea de que la fiesta necesita humo o botellas para ser inolvidable.