
Vapeo adolescente: la moda que esconde un alto costo
En pocos años, el vapeo pasó de ser presentado como “alternativa” al cigarro a convertirse en una tendencia entre adolescentes.
Su diseño llamativo, los sabores frutales y la falsa percepción de seguridad lo hicieron popular. Sin embargo, la realidad es mucho más preocupante.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT 2022), 2.6% de los adolescentes en México ya usó cigarro electrónico, a pesar de que su venta está prohibida. El dato es grave porque se trata de un producto que introduce a los jóvenes a la nicotina de manera atractiva y silenciosa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los líquidos para vapear contienen sustancias tóxicas que afectan los pulmones, el sistema cardiovascular y generan adicción. En adolescentes, la nicotina interfiere directamente en el desarrollo cerebral, aumentando la probabilidad de dependencia en el futuro.
Lo que parecía un simple “gadget” se ha convertido en puerta de entrada a consumos más riesgosos. Además, normaliza la idea de que “inhalar algo” es parte de la vida social.
El desafío está en reconocer que detrás del humo de sabores se oculta un problema de salud pública. La prevención, en este caso, es la única forma de cortar la tendencia antes de que crezca.
